jueves, 29 de diciembre de 2011

Como siempre.

Sigo siendo tan torpe o más que cuando nos conocimos. Igual de caprichosa y tozuda. Sigo odiando que los domingos por la mañana me despierte alguien que no seas tu, tambien odiaba y odio pasar frio. Sigo pudiendo pasarme horas y horas escuchando música, en mi mundo . Me siguen encantando los alfajores. Marea y El Canto Del Loco. Dani Martin, Cristiano Ronaldo y Chuck Bass. La pepsi con limón por las noches y el te de vainilla. La tortilla de mi madre y la pasta. Los abrazos no correspondidos y los mordiscos en la oreja. Sigo queriendo fiesta a todas horas con mi botella de beefeater y los chupitos de tequila con sal y limón cada sabado. Siempre con ellas. Me siguen encantando los anillos y los pendientes. Los tacones altos. Te sigo echando de menos por las noches. Y como cuando nos conocimos me sigo muriendo por una de esas miradas y una noche contigo.

Así es ella.

La única que ha huido cuando el le ha dedicado un "te quiero", la que no soporta el compromiso ni una noche entera junto a él. La que se niega a enfrentarse a la realidad si eso conlleva ver que realmente le importa a alguien. Esa a la que le da miedo dejarse querer. 

No lo cambio.

Y ahora puedo decir que contigo los lunes ya no son tan aburridos, que me he vuelto a ilusionar como una niña con cada uno de tus mensajes de madrugada, con cada uno de tus besos como una cría. Y no, no me arrepiento de nada. No me arrepiento de las noches contigo, de habértelo dado todo y de volverme la persona más cursi del mundo mundial. Porque todo es diferente, las noches y las mañanas son distintas contigo. Haces que la distancia y los dias sin ti no sean un impedimento. Haces que sea especial y eso, no lo cambio.

martes, 20 de diciembre de 2011

Entre vacíos y soledades

Y de repente te sientes vacío, sin nada a lo que aferrarte ni ningún lugar en el que buscar cobijo. Sin nadie que muestre la mínima preocupación por ti o por tus intereses. Sin nada que te encante, o mejor dicho, sin nada que te guste. Absolutamente nada. A tú alrededor todo es extraño e incomprendible. Hay demasiada gente y el espacio es demasiado reducido, por lo que tu agobio se incrementa a un ritmo demasiado acelerado. Sientes que has ido al lugar equivocado. Y entonces, a pesar de estar rodeador de toda esa gente te das cuenta de que te encuentras completamente solo.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Por una noche.

Todos esos días, semanas e incluso meses pensando en como sería poder volver a verse, a miles de kilometros de distancia y con un puto océano de por medio. Ella recordando momentos inolvidables y el deseando con más ganas que nunca que se repitieran. Días de espera y un sinfin de ilusiones. Esa ilusión que se transformó en desengaño, en decepción y luego en miedo. Miedo a que todo aquello se hubiera acabado. En cuanto se vieron los dos supieron que ya no eran los mismos. Ella ya no era la chica que el conocía, que había dejado alli años atrás, la risueña, la de las mil y una manías, la que lo dejaría todo. Y él ya no era ese que ella había dejado marchar aquella tarde, ese con el que su mundo desaparecía con solo un beso, ese con el que perderse despierta en sueños imposibles, el de las tardes de verano. Todo había cambiado, pero aquella noche tenía que ser especial y lo era. Por lo que sin decir palabra decidieron no perder el tiempo hablando de estupideces. Se arriesgaron fiándose de las ganas y de sus miradas, ignorando todo aquello que no les gustaba ni querían aceptar, dejándose llevar por los recuerdos y por ese algo que quedaba entre ellos dos. Volviendo al pasado, por una noche. 

viernes, 2 de diciembre de 2011

El puzzle.

Soy una pieza perdida de ese puzzle sin acabar. Ese típico gran puzzle al que le falta la ultima pieza. Esa pieza extraviada, la que no encuentra su lugar ni su lugar la encuentra a ella. Esa puta pieza sin rumbo soy yo. Sin encontrar el sitio en el que encajar, por muchas vueltas que le des y por mucho que lo intentes. Sin ser capaz de ocupar mi hueco correspondiente para que todo siguiera su curso. Pero es que si lo pienso un poco no me apetece para nada encajar, convertirme en una pieza más entre millones. No me apetece ser igual que el resto, no quiero ser participe de acabar el jodido puzzle  ni de encontrar mi sitio. Asi que por ahora seguiré perdida sin destino ni propósito de encontrarlo. Evitando al destino e intentando que no todo siga su curso, o por lo menos retrasándolo lo máximo posible. Porque en el único sitio en el que me gustaría encajar es a tu lado, pero esa ya es otra historia.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Daniel Martín García.

¿Qué la perfección no existe?  Aún no has estado a medio metro de Dani Martín, ¿no?

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Por qué no quererte y punto.

Parece que siempre tiene que ser todo tan jodidamente complicado, no puede pasar y punto, no. No puedo quererte y no perderte. No puedo hacer lo que me de la gana sin hacerle daño a alguien. No puedo tomar mis propias decisiones y quedarme tan pancha. Me gustaría tanto poder querete sin pensar en nada ni en nadie más. Me encantaría poder decir que en este momento te quiero por encima de todo o que no te voy a volver a echar de menos, nunca. Una de dos. O si o no. Porque no puedo quererte y punto. Porque no puedo decidirme de una puta vez. Ni contigo ni sin ti.. Que raro, ¿no?

Lo de siempre.

Deja que me equivoque, que me de la gran hostia para darme cuenta de que lo estoy volviendo a hacer mal. Que vuelva a tropezar con la piedra que está siempre en mi camino. Que la cague y que incluso fracase de vez en cuando. Que esté tan jodida que llore sin parar. Deja de llamarme hasta que te necesite de verdad. Ignórame alguna que otra vez y déjame en paz sin necesidad de pedírtelo. Sácame una tímida sonrisa y tráeme una tarrina de helado en esos malos días. Sigue haciendo lo de siempre has hecho, con eso, me basta.

Lluvia.

Llovía. Llovía tanto aquella tarde de noviembre. Empapados bajo la lluvia refujiándonos entre balcón y balcón. Buscando cobijo en tus besos. El agua que resbalaba por tu cara y mi pelo empapado. Risas tontas mientras me cogías de la mano, mientras corríamos sin rumbo. Y sin necesidad de tenerlo. Tan solo necesitar sentirnos el uno al otro, entre tantas miradas cómplices y besos fugaces. Tardes de lluvia y tormenta. Tardes con él, tardes contigo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Digamos especial.

Un calendario que te recuerda en que día vives mañana tras mañana, aunque no quieras recordarlo. Un regalo y mil recuerdos. Dos horas antes de que todo ocurra. Sin tener la menor idea de que ese día va a estar marcado cada mes en tu calendario con todos los colores chillones que encuentres en tu estuche. Un momento que lo cambiará todo, radicalmente. Y ya no hace falta que diga que va a ser para bien. Algo con lo que tu sonrisa estará en modo automático durante mucho tiempo. De esas cosas que  te hacen cambiar, que te hacen ver todo de una manera distinta, no digo verlo mejor pero si diferente. Ya sabes, especial.

jueves, 10 de noviembre de 2011

25.

<3

¿Un si que no acaba nunca?

Si te digo la verdad, me moriría del aburrimiento. Y no solo contigo, sino con todo. Odio la rutina y hacer siempre lo mismo. Por lo que un si que no acaba nunca sería horrible. Un siempre para mi es una cadena perpetua, una situación de compromiso total sin opción a modificación alguna... Con lo que a mi me gustan los cambios ! Desde el color de mi pelo hasta mi comida favorita, mi forma de vestir y hasta mi estado de ánimo. Y es que a nadie le gusta hacer lo mismo todos los días. Sería un fastidio ¿no crees?
Pues por eso mismo en mi vocabulario el siempre es bastante escaso. Y es que soy más de un habitualmente o mejor, un cuando nos apetezca.

Te quiero.


Y puede que alguna vez me vuelva algo repetitiva, incluso pesada. Pero... Tengo miedo, miedo a que te olvides o a que dudes de ello, a que si un día no te lo digo pienses que ya no lo hago. Esa es una de las tonterías que se me pasan por la cabeza mientras pienso en ti.  Pienso en el tiempo que esto durará, el jodido tiempo... que tanto se hace de rogar cuando lo pasas realmente mal y se esfuma cuando más lo necesitas. Pero aqui no vengo a hablar del tiempo, porque me da igual. Porque por mucho que pase, rápido o lento, mejor o peor. Yo... Te seguiré queriendo. En silencio.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Jodidamente perfecto.

Como tus labios sobre mi cuello o tus brazos rodeándome con ternura. Como un "tengo ganas de ti" de madrugada acompañado de una sonrisa traviesa. Como un silencio y un cruce de miradas que lo dice absolutamente todo. Como tus ojos verdes y mi sonrisa preferida a apenas unos milimetros de distancia, que en alguna ocasión parece una inmensidad. Como el roce de nuestros cuerpos en una noche fría. Perfecto como tu mirada buscándome entre cientos de personas. Como la cara de tontería y felicidad que tengo cada mañana al verte en mi cama, junto a mi. Y es que  todo eso de que la perfección no existe son chorradas. Si con eso se refieren a que no todos tenemos el mismo ideal de perfección, estoy de acuerdo, pero de ahí a que no exista... bah, tonterías. Porque para mi lo perfecto es todo esto, eres tú y sobre todo, nosotros.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ese jodido mundo.

Siempre me ha gustado soñar despierta. Con toda esa claridad que no tienes cuando duermes. Estar completamente en tu mundo sin que nadie interrumpa tu tranquilidad y sobre todo tus sueños, que transforman tu peculiar realidad en un lugar genialoso. Porque la verdadera realidad, esa que no está en tus sueños, en ocasiones te hunde de tal manera que es imposible salir de ahí o por lo menos eso es lo que parece. Cuando por capricho tu agobio se multiplica y llegando todo de golpe se apodera de tu vida. Por no hablar del dolor, o de la tristeza... que puta puede llegar a ser la tristeza, llegando a teñir tu mundo de gris y a cambiar todo lo que antes era fantástico a tu alrededor. Por eso a mi siempre me ha gustado soñar despierta. Porque me ayuda a evadirme y a escapar de esa realidad y de ese jodido mundo. Pese a que solo pueda ser por unos instantes, me encanta.

Al amanecer

Esta noche no se lo que quiero. Todo esto me gustaba mucho más antes, cuando me rompías las medias y me mordías los labios. Pero ahora algo cambió en ti, ni yo se el porqué pero tú ya no eres el de antes. El que me quitaba el aliento con tan solo rozarme y me volvía loca cada noche. Entre caricias y susurros. Ese chico algo macarrilla y para nada cursi. Al que parecía ni nadie le importaba. Pero al que no le importaba dedicarme un "te quiero" en el momento justo, sin pasarse y sin decirlo demasiadas veces. Ya que es de los que piensan que perdería significado. Con el que reirte sin parar. El punto perfecto para hacerse querer. El que me tenía enganchada a las noches en su cama, a las noches perdiéndome en él. Perdiendo el control, entre sus labios y mi cuello. Despidiéndonos al amanecer, como cada noche.

martes, 1 de noviembre de 2011

Quien pudiera ser dueño de sus recuerdos.

Los recuerdos. Algo tan importante y que a veces nos fastidia tanto tener, porque no todos son tan increíbles como el primer beso, aquella noche inolvidable o las tardes con tus amigos. No todos tus recuerdos son dignos de no ser olvidados. Y es que hay algunos que nos gustaría borrar de nuestra memoria para siempre,  eses son los que suelen estar más presentes, dando la tabarra en cuánto te despistas y, otros que tanto te gustaría conservar y que en cambio se esfuman sin darte ni cuenta. Yo no se como son los vuestros pero mis recuerdos son horriblemente caprichosos. Porque yo, apenas recuerdo su voz y sus abrazos que tanto necesito y por supuesto me acuerdo perfectamente de mis mayores gilipolleces y de mil cosas que he hecho mal.
"Han pasado demasiados años como para que te acuerdes" o "eras demasiado pequeña" es lo típico que se suele decir para excusar a la memoria y sus manías. A mi personalmente me encantaría acordarme siempre de esos pequeños detalles, pequeñeces que realmente te marcan para siempre y que muchas veces quedan en el olvido. Seleccionar mis recuerdos, algo que si lo dices así parece tan fácil y que en realidad nadie puede alcanzar.

lunes, 31 de octubre de 2011

Orgullo y rencores.

Aquel día y aquella estación. Yo, una estúpida ilusa. Yo, sentada en el banco de aquella estación de tren esperándote. Habíamos hablado un par de días antes y me habías dicho que volvías a la ciudad y que querías quedar. Querías volver a verme después de todo este tiempo. Hasta me insinuaste que te fuera a recoger a la estación, que llegarías sobre las cinco. Pero mi orgullo no me permitió decirte un simple si. Tan solo te dije que estaba muy ocupada y que cuándo tuviera un hueco te llamaría. Te quedaste en blanco y te despediste brevemente. Pero esa llamada me hizo pensar demasiado, mucho más de lo que me habría gustado. Y dejando a un lado los rencores y las putadas que me hiciste unos años atrás, esos días mi memoria solo recordaba los buenos momentos contigo. Y es que quitando esos últimos malos meses juntos, contigo los buenos abundaban. Se me pasaron tantas cosas por la cabeza en esos dos días que media hora antes me arreglé un poco, me puse esa camiseta que tanto te gustaba y me fui. Dispuesta a ir a buscarte, desapareciendo mi orgullo repentinamente y sin saber muy bien lo que iba a decirte. Y alli me planté en aquel banco, a esparte. Pero las horas pasaban y tú no aparecías. Te llamé varias veces sin respuesta. Y es que se me había olvidado que yo no era la única que tenía orgullo y que tú, tenías demasiado. Entre el orgullo y los rencores. Tú y yo. Como siempre.

domingo, 30 de octubre de 2011

Ellos.

Ya sabes como soy, odio lo lógico y las reglas. Odio el orden y que alguien me tenga que decir lo que esta bien y lo que no. Algo complicada . No soporto a la gente falsa. Puede que sea algo rencorosa y orgullosa. Reconozco que me cuesta bastante no fiarme de la primera impresión y que tengo cierta facilidad en cruzar a la gente. Puede que me cabree con facilidad. Pero tambien me puedo pasar el día riéndome y diciendo tonterías, y es que no solo soy una gruñona. Me encantan las tardes frikis y las risas por las mañanas. Paranoias que salen solas y gilipolleces a todas horas. Un abrazo deses de verdad, de los que casi te dejan sin respiración, de toda esa gente que realmente te quiere. Porque ellos son los que crean la diferencia entre todos esos días, los que de verdad hacen que tus días no sean tan grises. Los que transforman un día aburrido en increíble y los que realmente están en lo bueno y en lo malo. Aguantando tus risas y tus lloros. Siempre.

Acabouse.

Llegó el momento de soltarlo todo, de desahogarse. Te has guardado demasiadas cosas y ahora... has llegado al limite. A tu puto tope, a ese punto que ni tu conocías. En el que ya todo te da igual. Te hes indiferente lo que piense el resto, de tu vida y de tus decisiones. Si le gustan bien y si no que se jodan. Porque para equivocarte y decidir sobre tu vida te llega y te sobra contigo misma. Porque ya no aguantas más, ni a él ni a toda esa mierda que os rodea. Y entonces, en ese punto explotas, sueltas por esa boca todo lo que has intentado guardarte este tiempo. Y parece que por fin, todo ha acabado. Sin vueltas atrás ni arrepentimientos repentinos. O por lo menos, eso es lo que esperas.

Bienvenido a la realidad.

Hazme olvidar el pasado, llévame al mundo de los sueños y quiéreme como nadie lo ha hecho nunca. Hazme sonreir por las mañanas y pasa de mí tres días a la semana para darme tiempo a echarte de menos. Pasemos del resto del mundo y vayámonos tú y yo, sin importarnos nada más. Y ahora si, dejémonos de tonterías y abandonemos los cuentos de Disney, de una vez por todas. Volvamos a la jodida realidad. Realidad en la que tú ya no me quieres tanto y yo, sigo soñando con cuentos y estúpidos principes azules.

lunes, 24 de octubre de 2011

Ya ves.

Está claro que nadie se acuesta queriendote a morir y se levanta odiandote, o si. Porque todo lo que ha pasado en las últimas horas me ha hecho dudar de lo que hemos vivido estos meses, de todas esas palabras que han salido de tu boca y que, ahora ya no sirven para nada. Has derrumbado mi mundo con tres palabras y en apenas unos segundos... Quizas sea mejor no darle mas vueltas y aceptar tu decisión, dejarte en paz de una vez y asimilar que ya no me quieres o es que ya no quieres quererme. Empezar a acostumbrarme a sentir tu ausencia día tras día. Hacer de mi almohada mi mejor aliada en las noches en las que solo necesito llorar. Sentirme sola, sin ti. Seguir esperando tus mensajes y tus llamadas por las noches. Espeando a que mi movil suene, sin obtener resultado alguno. Como de costumbre.

Dejate llevar.

Dale una oportunidad al jodido destino. Y por una vez confía en las casualidades.
Parece que esta vez es de verdad. Algo no va en tu contra, sino a favor. Y eso, con la suerte que tú y yo tenemos... Se merece una celebración, ¿no crees? Ven conmigo y corramos bajo la lluvia. Vayamos a la playa a dar vueltas sobre nosotros mismos hasta caer redondos en la arena, como niños. Déjate querer de una vez por todas, deja que yo te quiera y sácate todas esas tonterías que te han metido en la cabeza. Olvídate de todo y vente conmigo. Ven y dejémonos llevar por lo prohibido, una vez más.

domingo, 23 de octubre de 2011

Sola, como cada noche.

"Es demasiado tarde". Son las palabras exactas que me dices cada noche. Noches en las que intento autoconvencerme de que esta te quedaras conmigo y que me despertaré con el sonido de tu respiración por la mañana. Pero no. Las noches que se consumen como esa vela, a un ritmo acelerado mientras estás conmigo y que se detienen en cuanto te vas, como si el fuego ya no quemara, como si esa vela ya dejara de consumirse. El tiempo que ya no pasa si tú no estás. Las palabras cada vez que me dejas así, en esa cama. Sin darme ni tiempo a decirte que te necesito ahí, necesito que no te vayas, aunque solo sea por esta vez. Mientras pienso como decírtelo, tú ya te has vestido, me has dado un beso fugaz y te has ido por esa puerta. Otra noche más. Sin apenas despedirte y dejándome sola, de nuevo. Prometiéndome a mi misma que la próxima vez te lo diré. Sin dudarlo.

jueves, 20 de octubre de 2011

Me encantas.

Nunca había pensado en todo lo que ha ocurrido en estos últimos meses. Las noches tú y yo en la playa, acurrucándome entre tus brazos, con esa chaqueta tuya que dejaba tu olor impregnado en mi durante toda la noche. El olor que no me podría sacar de la cabeza nunca, porque sigo pensando que siempre me quedará ese recuerdo. La playa y el frío que hacía, sin importarnos lo más mínimo. Tan solo sentirnos el uno a otro, acariciándonos y mordiéndonos los labios. Con el suave ruido de las olas y aquella canción que tanto me gustaba como banda sonora. Eres increíblemente genial, con todos tus defectos y gilipolleces.

Exacto.

Como todos.

Siempre será más importante para mi todo lo que no te he dicho nunca. Mucho antes que todas esas bobadas que salen habitualmente por mi boca. Todo eso que me guardo, que no me atrevo y que tengo miedo a decirte. Y es que yo también soy un poco gilipollas en la mayor parte de los casos, como todos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Segundas partes

Si segundas partes nunca fueron buenas... Ya sabes, esperemos juntos a la tercera.

Espera.

Siempre seguiré esperando a que mi ropa huela a ti. A verte en mi cama. A esperarte cada noche y a verte cruzar la esquina. Volver a ver esos ojos verdes mirándome y que tu boca me dedique una sonrisa. Espero volver a tenerte entre mis brazos y a ponerme tu chaqueta de cuero en las noches frías. Por mucho que te extrañe siempre seguiré esperando a que tu voz me despierte mañana tras mañana.

Increíble.

En una milésima de segundo se me pasan por la cabeza mil y una gilipolleces que podría hacer, para ser más exactos contigo. Porque al fin y al cabo da igual si aqui o alla si hace frío o calor... Que más dará todo eso si tengo la mejor compañía del mundo. El chico con los ojos verdes más bonitos que he visto nunca. Y ese olor tan indescriptible. Aun no soy capaz de entender el por qué te necesito tanto, porque me despido de ti y ya te hecho de menos. Da igual que pases de mi un viernes y me llames para verme un sabado. Porque contigo he pasado momentos increibles. En tu cama, con tus pies rozando los míos mientras suena esa canción. Las noches sentados en la playa o en aquel parque. Discutiendo o riendonos durante horas. Sabes que me pasaría la vida contando los lunares de tu espalda mientras duermes. Aquella noche... Tú y yo. Tu chaqueta negra de cuero y tus pantalones rotos tirados en mi alfombra. El humo que sale de tu boca, una pizza y un sofá para dos. Increible.

Ya.

Intentar decidir entre lo bueno y lo malo y volver a fallar. Volverme a meter en la misma mierda de siempre sin mirar atras. Desde luego que esa no va a ser la mejor opción... Pero quizás la que más me convenga, por lo menos para que el resto del mundo pase un poco de mi de una puta vez.

domingo, 16 de octubre de 2011

Soledad.


Esa soledad tan necesaria y a veces tan escasa. La soledad que te acompaña en las noches de sofá y los días en los que no quieres ver a nadie. Y que echas en falta en tus días malos, eses en el que el mundo va en tu contra. Esa soledad que tanto disfrutabas aquel dia y tanto odiabas aquel otro. Porque tambien hay dias en la que la soledad te parece lo peor del mundo, porque lo que más necesitas es la compañía de la persona adecuada, para no sentirse solo, para sentirse querido. La soledad, eso que a veces sobra demasiado y otras, falta tanto.

Ñé.

Y tú, siempre serás el mejor capricho del destino.

lunes, 10 de octubre de 2011

Y en esto puedo decir siempre.

Sentirme segura al borde de un precipicio a sabiendas de que tú estarás para recogerme. Porque nunca tuve esa seguridad de decir "aqui pase lo que pase". Nunca hasta que llegaste, porque ahora entiendo lo que quieren decir en realidad esas palabras. Siempre ahí, dejando a un lado los enfados y las malas palabras. Porque eres la única persona que me da su opinión de verdad, que me dice las cosas claras, cuando me sale todo a la perfección o cuando hago la mayor de las cagadas. Esa que está ahí para darme ese abrazo cuando más lo necesito o para bajarme de las nubes cuando me resisto. Porque nunca había pensado tener un alguien tan fantabuloso a mi lado. Pero parece que ahora, lo he conseguido.

Cursiladas.

Y ahora me doy cuenta de que mi vida es un pedazo de la tuya. Que mi dia a dia eres tú. Que el mayor de los problemas será pasar 5 minutos sin verte o ya no digamos una noche sin tenerte entre mis sabanas, porque no es posible conciliar el sueño sin escuchar tu respiración. Porque contigo soy la mujer más cursi del mundo y me siento orgullosa de ello. Porque si hiceran un ranking de las chicas mas felices del mundo yo estaria ahí, de primera. Porque llegas con esa sonrisa y revolucionas mi mundo y mis paranoias, una caricia tuya es capaz de paralizar por completo la mayor de las tormentas. Tienes ese punto de locura que me encanta y que me saca una sonrisa, porque esta se ha instalado en mi cara y por lo que parece le va a costar irse mientras tu estes aqui. El mejor compañero de fiestas, de charlas y como no la mejor compañía y el mejor ocupante de mi cama. Porque no se como haces para tenerme tan enganchada a ti, como consigues que te necesite a cada minuto, hagas lo que hagas. Ya no se si esto tendrá remedio y como de grande será la hostia cuando todo esto se derrumbe, pero por el momento toca disfrutar de ti y de tus besos.

martes, 4 de octubre de 2011

Perfecto se te queda corto.

Sentir tu aliento en mi nuca cuando te me acercas por detras y me agarras de esa forma tan especial, tan de verdad. O el roce de nuestros pies bajo las sabanas. Mientras me coges por la cintura y me dices la mejor tontería que podría haber salido por esa boca,me estremezco y vuelvo a sentir tu aliento. El aliento que me hace ser feliz, mucho mejor que todo a lo que habia aspirado nunca.

Vacío

Vacío como tu botella de ginebra un sábado a las cuatro de la mañana, como tu cama sin él. Vacío como la playa en invierno o esa calle cuando llueve. Vacío como un colegio un domingo o tu estómago después de dos días sin comer. Vacío, el vacío que ultimamente te encuentras allí por donde vas, aun que huyas o intentes no sentirlo. Y es que ultimamente parece que el vacío es tu mejor compañero, pase lo que pase.

martes, 20 de septiembre de 2011

Miedo.

El miedo a fracasar y a perderlo todo. A joder las cosas, más aun. A olvidarte de lo que quieres. Miedo a que llegue un día en el que ya no piense en él. El miedo que ya no te deja ver nada más. Hay millones de tipos de miedo pero el peor, para mi siempre sera el miedo a olvidarme de ti con el tiempo. Miedo a perderte y a dejar de quererte. A no recordar tu voz o tus besos. Y sobre todo miedo a que tu también te olvides de mi, para siempre.

Y ahora si.

Y como todo lo bueno se acaba esto... Tambien.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Masoquismo.

Volver a tropezar con la misma piedra y volver a caerte y levantarte, una vez tras otra. Hasta no poder más. Hasta que te das cuenta de que asi no vas a ningún lado. Te estás jodiendo a ti y al resto, y lo sabes. Llega un momento en el que piensas que has hecho mal, si te has levantado con el pie izquierdo todos los días durante los últimos meses o que el karma está en tu contra. Día tras día lo ves todo gris. Sin remedio, porque por lo que se ve nadie puede arreglarlo, nadie que te quiera lo suficiente como para ayudarte, como para sacarte de ahí. A veces piensas en dejarlo todo atrás y empezar de nuevo pero al rato te arrepientes y simplemente prefieres vivir de falsos recuerdos y de sueños imposibles, aun que la gente no lo entienda... Porque va a ser que en el fondo todos somos un poco masocas. Y tú... la que más.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Ya no.

Te busco cada noche entre mis sueños y, por mucho que lo intento, ahora ya no te encuentro.

Solo.

Un día de invierno como otro cualquiera. Nublado, oscuro y triste. Sin demasiado viento ni lluvia. Una habitación y mil cosas en tu cabeza. Mientras le das una vuelta tras otra a todos tus problemas, mientras tu lloras y tu mundo se derrumba el resto sigue igual, el mundo real ni se inmuta. Porque a la inmensa mayoría no le importas ni tu ni tus jodidos problemas. Porque por muy hundido que estés el mundo no se va a parar, ni mucho menos. Porque nadie va a estar ahí para levantarte cuando caigas y porque hay cosas que hay que afrontar solo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Y ya no hace falta que te lo repita.

Porque sabes que me pasaría la vida coleccionando tus sonrisas y durmiéndome en tu boca cada madrugada. Sin dudarlo ni un instante.

Sin explicación.

Nunca me había ocurrido algo asi con alguien, no lo había sentido en toda mi vida. Era una sensación tan tan extraña... y a la vez especial. Sin explicación ni razones para dársela. Y es que nunca he entendido esa puta manía que tiene la gente de darle explicación a todo. Porque hay cosas que no la tienen y por supuesto no hace falta que la tengan. Pasan y punto.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Hasta el fin del mundo.

La razon de mis locuras y mi tranquilidad. La razon por la que ya no me importa lo que pasará mañana, porque hoy él sigue aqui, conmigo. queriendome como nunca y mimándome como siempre. Porque nunca me gustaron tanto los mordiscos en la oreja, ni las tardes de sofá. Y es que nunca me ha acabado de gustar el silencio hasta que comprendi que contigo, tiene sentido. Porque lo hace todo fácil, hasta la mayor locura. Con él mandar al resto del mundo a la mierda y dejarlo todo es como un juego de niños. Una tontería sin apenas importancia. Porque me iría hasta el fin del mundo si hace falta. Sin pensármelo dos veces.

Sabor a felicidad.

Tiene un don, o quizás varios, no estoy segura. Pero en cualquier caso es el mejor de todos. Solo puedo decirte que es especial. La única persona que contagia su felicidad por donde pasa. La que ve todo con una sonrisa. Pase lo que pase. Él es de esas personas con las que uno de sus abrazos pueden parar al mundo y tenerlo cerca te da esa calma imprescindible que todos necesitamos de vez en cuando. El que te tranquiliza con un achuchón y te enamora con un beso, dulce y fugaz. Esa mirada y esos ojos verdes. Esas noches entre las sabanas, entre caricias y suaves mordiscos. Bocas que se encuentran y sueños con sabor a felicidad.

Capaz de todo.

Estaba claro que en aquel momento me creía capaz de eso y mucho más, cualquier locura que me propusieras me parecería una estupidez. Todo. Y es que comerme el mundo me hubiera sabido a poco.

martes, 13 de septiembre de 2011

Todo lo bueno se acaba.

  Parece que esto se acaba. Se acaban los días de playa y las fiestas cada fin de semana. Los helados a todas horas. Los vestidos cortos y los shorts. Las sandalias y los bikinis. Dormir sin control y pasarse horas y horas sin hacer nada. Las ligeras manchas blancas de salitre en tu piel después de un día entre baño y baño, el calor que tanto añorarás en unos meses. Y sobre todo la libertad de la que disponias y todo ese tiempo fuera de casa. Los paseos al sol, los batidos y las mañanas inexistentes. Ahora toca madrugar, estudiar y esperar el sábado noche. Llegó la hora de centrarse, al menos un poco... Que nos conocemos. Volver a la rutina. Y es que ahora lo único que nos queda es disfrutar del poco tiempo que nos queda porque lo que realmente se acaban son las vacaciones y el verano.

Hablando de riesgos estúpidos.

Dicen que el que no arriesga no gana. Pero es que a veces arriesgar no es tan sencillo como apostar todo a un número, jugar a la lotería o simplemente tirarlo todo por la ventana. Tambien dicen que con miedo no se va a ninguna parte pero ya sabes que en ocasiones el miedo te salva y el no arriesgar con el tiempo puede tener su parte positiva, aun que tan solo sea una pequeña parte. Porque llega a un punto en el  que asumir riesgos y ganarle la partida al miedo cansa.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Ahí lo dejo.

Porque hoy lo que toca es olvidarse un poco de todo. Dejar los problemas a un lado y desfasar. Porque para pensar y preocuparse ya está el resto de la semana y porque hoy es SÁBADO. Asi que aprovecha haz todo lo que no harías un día cualquiera. Coge esos tacones, los más altos. Tu mejor vestido. Rimmel y raya. Y no te olvides de esa botella de ginebra. Haz todo lo que te apeteza que el domingo ya te arrepentirás. Baila y canta como una loca. Hasta que no puedas con los pies y hasta quedarte afónica. Y recuerda, no pienses en ese gilipoyas que te quita el sueño cada noche, esta noche es solo para ti.