martes, 13 de septiembre de 2011

Todo lo bueno se acaba.

  Parece que esto se acaba. Se acaban los días de playa y las fiestas cada fin de semana. Los helados a todas horas. Los vestidos cortos y los shorts. Las sandalias y los bikinis. Dormir sin control y pasarse horas y horas sin hacer nada. Las ligeras manchas blancas de salitre en tu piel después de un día entre baño y baño, el calor que tanto añorarás en unos meses. Y sobre todo la libertad de la que disponias y todo ese tiempo fuera de casa. Los paseos al sol, los batidos y las mañanas inexistentes. Ahora toca madrugar, estudiar y esperar el sábado noche. Llegó la hora de centrarse, al menos un poco... Que nos conocemos. Volver a la rutina. Y es que ahora lo único que nos queda es disfrutar del poco tiempo que nos queda porque lo que realmente se acaban son las vacaciones y el verano.

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