martes, 20 de septiembre de 2011

Miedo.

El miedo a fracasar y a perderlo todo. A joder las cosas, más aun. A olvidarte de lo que quieres. Miedo a que llegue un día en el que ya no piense en él. El miedo que ya no te deja ver nada más. Hay millones de tipos de miedo pero el peor, para mi siempre sera el miedo a olvidarme de ti con el tiempo. Miedo a perderte y a dejar de quererte. A no recordar tu voz o tus besos. Y sobre todo miedo a que tu también te olvides de mi, para siempre.

Y ahora si.

Y como todo lo bueno se acaba esto... Tambien.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Masoquismo.

Volver a tropezar con la misma piedra y volver a caerte y levantarte, una vez tras otra. Hasta no poder más. Hasta que te das cuenta de que asi no vas a ningún lado. Te estás jodiendo a ti y al resto, y lo sabes. Llega un momento en el que piensas que has hecho mal, si te has levantado con el pie izquierdo todos los días durante los últimos meses o que el karma está en tu contra. Día tras día lo ves todo gris. Sin remedio, porque por lo que se ve nadie puede arreglarlo, nadie que te quiera lo suficiente como para ayudarte, como para sacarte de ahí. A veces piensas en dejarlo todo atrás y empezar de nuevo pero al rato te arrepientes y simplemente prefieres vivir de falsos recuerdos y de sueños imposibles, aun que la gente no lo entienda... Porque va a ser que en el fondo todos somos un poco masocas. Y tú... la que más.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Ya no.

Te busco cada noche entre mis sueños y, por mucho que lo intento, ahora ya no te encuentro.

Solo.

Un día de invierno como otro cualquiera. Nublado, oscuro y triste. Sin demasiado viento ni lluvia. Una habitación y mil cosas en tu cabeza. Mientras le das una vuelta tras otra a todos tus problemas, mientras tu lloras y tu mundo se derrumba el resto sigue igual, el mundo real ni se inmuta. Porque a la inmensa mayoría no le importas ni tu ni tus jodidos problemas. Porque por muy hundido que estés el mundo no se va a parar, ni mucho menos. Porque nadie va a estar ahí para levantarte cuando caigas y porque hay cosas que hay que afrontar solo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Y ya no hace falta que te lo repita.

Porque sabes que me pasaría la vida coleccionando tus sonrisas y durmiéndome en tu boca cada madrugada. Sin dudarlo ni un instante.

Sin explicación.

Nunca me había ocurrido algo asi con alguien, no lo había sentido en toda mi vida. Era una sensación tan tan extraña... y a la vez especial. Sin explicación ni razones para dársela. Y es que nunca he entendido esa puta manía que tiene la gente de darle explicación a todo. Porque hay cosas que no la tienen y por supuesto no hace falta que la tengan. Pasan y punto.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Hasta el fin del mundo.

La razon de mis locuras y mi tranquilidad. La razon por la que ya no me importa lo que pasará mañana, porque hoy él sigue aqui, conmigo. queriendome como nunca y mimándome como siempre. Porque nunca me gustaron tanto los mordiscos en la oreja, ni las tardes de sofá. Y es que nunca me ha acabado de gustar el silencio hasta que comprendi que contigo, tiene sentido. Porque lo hace todo fácil, hasta la mayor locura. Con él mandar al resto del mundo a la mierda y dejarlo todo es como un juego de niños. Una tontería sin apenas importancia. Porque me iría hasta el fin del mundo si hace falta. Sin pensármelo dos veces.

Sabor a felicidad.

Tiene un don, o quizás varios, no estoy segura. Pero en cualquier caso es el mejor de todos. Solo puedo decirte que es especial. La única persona que contagia su felicidad por donde pasa. La que ve todo con una sonrisa. Pase lo que pase. Él es de esas personas con las que uno de sus abrazos pueden parar al mundo y tenerlo cerca te da esa calma imprescindible que todos necesitamos de vez en cuando. El que te tranquiliza con un achuchón y te enamora con un beso, dulce y fugaz. Esa mirada y esos ojos verdes. Esas noches entre las sabanas, entre caricias y suaves mordiscos. Bocas que se encuentran y sueños con sabor a felicidad.

Capaz de todo.

Estaba claro que en aquel momento me creía capaz de eso y mucho más, cualquier locura que me propusieras me parecería una estupidez. Todo. Y es que comerme el mundo me hubiera sabido a poco.

martes, 13 de septiembre de 2011

Todo lo bueno se acaba.

  Parece que esto se acaba. Se acaban los días de playa y las fiestas cada fin de semana. Los helados a todas horas. Los vestidos cortos y los shorts. Las sandalias y los bikinis. Dormir sin control y pasarse horas y horas sin hacer nada. Las ligeras manchas blancas de salitre en tu piel después de un día entre baño y baño, el calor que tanto añorarás en unos meses. Y sobre todo la libertad de la que disponias y todo ese tiempo fuera de casa. Los paseos al sol, los batidos y las mañanas inexistentes. Ahora toca madrugar, estudiar y esperar el sábado noche. Llegó la hora de centrarse, al menos un poco... Que nos conocemos. Volver a la rutina. Y es que ahora lo único que nos queda es disfrutar del poco tiempo que nos queda porque lo que realmente se acaban son las vacaciones y el verano.

Hablando de riesgos estúpidos.

Dicen que el que no arriesga no gana. Pero es que a veces arriesgar no es tan sencillo como apostar todo a un número, jugar a la lotería o simplemente tirarlo todo por la ventana. Tambien dicen que con miedo no se va a ninguna parte pero ya sabes que en ocasiones el miedo te salva y el no arriesgar con el tiempo puede tener su parte positiva, aun que tan solo sea una pequeña parte. Porque llega a un punto en el  que asumir riesgos y ganarle la partida al miedo cansa.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Ahí lo dejo.

Porque hoy lo que toca es olvidarse un poco de todo. Dejar los problemas a un lado y desfasar. Porque para pensar y preocuparse ya está el resto de la semana y porque hoy es SÁBADO. Asi que aprovecha haz todo lo que no harías un día cualquiera. Coge esos tacones, los más altos. Tu mejor vestido. Rimmel y raya. Y no te olvides de esa botella de ginebra. Haz todo lo que te apeteza que el domingo ya te arrepentirás. Baila y canta como una loca. Hasta que no puedas con los pies y hasta quedarte afónica. Y recuerda, no pienses en ese gilipoyas que te quita el sueño cada noche, esta noche es solo para ti.

Y ahora... volvamos a la puta realidad.

 Después de todo esto, del jodido cuento de hadas en el que viviamos, la burbuja en la que pretendiamos aislarnos del resto del mundo. Todas esas expectativas que teníamos, los planes... y esas maravillosas noches que no cambiaría por nada. Donde no importaba nada más alla de nuestros momentos juntos... 
 Pero ahora volvamos a la realidad... al mundo real. Donde ya nada es tan bonito, donde las promesas se convierten en mentiras y donde tú ya no me quieres. Dejémoslo ahi.