lunes, 22 de agosto de 2011

El sitio más bonito del mundo.

- Y... ¿ por qué no nos vamos de viaje? 
- ¿Que?  ¿A dónde? 
- Mmm... a dónde tú prefieras. Cojemos billetes de ida pero no de vuelta. De la playa a la montaña, a los sitios más bonitos del mundo. De hotel en hotel. De avión en avión... Imagínatelo...
- ¿Para que? Si ya sabes que para mi... para mi el sitio más bonito del mundo es tu cama cuándo estás en ella..

domingo, 21 de agosto de 2011

Y volverme loca de tanto quererte

Mirarte mientras duermes está entre mis aficiones favoritas, es realmente fantabuloso. Porque yo no quiero desayunos en la cama ni masajes en los pies. Yo lo que quiero es poder despertarme con tus besos, que lo primero que vea al abrir los ojos sea esa sonrisa que me pierde. Haciéndome cosquillas hasta morirme de la risa. Quererte como el primer día todas las mañanas. Tu olor por la mañana entre mis sabanas, tu voz dedicándome el  primer "te quiero" del día y sin ninguna duda el mejor de todos. Perderme entre tús brazos cada noche y comerte a besos mañana tras mañana.
 

Y volver a empezar.

Es que llega un día en el que vivir de recuerdos ya no vale. Y en ese momento es en el cual tienes que dejarlo todo atrás y  volver a empezar. De cero.

viernes, 19 de agosto de 2011

Lo peor del mundo.

Tener que decidir constantemente. A todas horas, desde la mayor tontería a la decisión más importante de tu vida. Siempre ha sido un gran fastidio pero cada día que pasa parece que es todo más complicado. Tus decisiones ya no solo te implican a ti misma sino que también a alguna gente y, en la mayor parte de los casos a gente que quieres, a veces para bien y otras muchas para mal. Hay decisiones relativamente fáciles como que ponerse hoy o la canción que escuchar en un determinado momento pero, hay otras... Digamos difíciles. Aquellas que pueden hacer daño, otras en cambio todo lo contario. Y es que hay veces que puedes cambiarlo todo en tan solo una milésima de segundo, sin darte cuenta.

Y te das cuenta de que para superarlo hace falta mucho más.

Después de todo este tiempo separados, cuándo creías haberlo superado esos recuerdos vuelven como puñales a tu memoría, inolvidables y especiales.  Sin darte cuenta vuelves a estar en ese lugar. Ese lugar donde todo empezó, dónde no existían las dudas y solo importabais los dos. Dónde tu mayor preocupación era el poco tiempo que teniais para estar juntos, el tiempo restante para regresar a casa. Eso era lo peor. Él era lo más importante en el mundo, la sonrisa de cada mañana acompañada de un buenos días amor. Esas miradas que tanto añoras. Los mensajes de buenas noches y la preocupación de él cuando algo te iba mal. La magía de esa noche o de aquella tarde. Daba igual si llovia o si salía el sol, eso era lo de menos si estabais juntos.  Se notaba la felicidad en tu cara, día a día. A veces piensas en que ha fallado, cual ha sido el error para que todo esto haya acabado de esta manera después de todo lo que habeis pasado. Tantas promesas que él te hizo se derrumbaron sin ninguna razón aparentemente clara.
Más recuerdos.  Pero estos bastante peores. Aquel día en el que todo se os fue de las manos. En el que te quedaste muda cuándo el decidió que lo mejor sería dejarlo. Sin decir nada agachaste la cabeza, le agarraste la mano unos segundos y te fuiste. Decidiste aceptarlo, pensando que te llamaría arrepentido al cabo de unas horas o tal vez unos días. Pero no fue asi. Y en un par de días de incertidumbre te derrumbaste. Tan solo recibiste aquel mensaje al cabo de dos semanas. En el que te preguntaba como estabas, que no te quería ver mal y que siempre serías importante en su vida. Para ti un simple mensaje de cortesía que no tuviste valor a contestar. Lo odiaste durante un tiempo o eso era lo que intentabas, el te falló y rompió todas sus jodidas promesas. Y ahora, un día cualquiera después de casi tres meses sin verle,  te lo encuentras en ese bar y tu mundo se viene abajo. De nuevo.

Sin dudarlo.

Y saber que mi lugar preferido para perderme eres tú. Sin gilipolleces. Esa necesidad de no tener dudas, necesidad de abrazarte sin pensar en nada más. Actuar sin tener que arrepentirme de nada después. De estar totalmente segura. Y como siempre acabar escogiendo el camino más fácil sin pensar en el resto. Jodiéndolo de nuevo, tropezando con la misma piedra que pensándolo bien, parece que me encanta.

sábado, 13 de agosto de 2011

Detalles de madrugada.

El sabor de una pepsi de madrugada. Un beso inesperado. Llamadas. Un libro de esos que enganchan, una pastelada, empalagoso, genial. Un mensaje de ese alguien. Tus canciones favoritas a las tres de la mañana en unas de esas noches en las que es imposible dormir. Noches, noches difíciles, diferentes o meláncolicas. En la que no concilias el sueño, de esas en las que solo das vueltas en la cama sin sentido. Mientras suena la música piensas, piensas gilipolleces que no te dejan dormir que tan solo te ayudan a romperte la cabeza. Y sin darte ni cuenta, tarde o temprano el sueño llega.

jueves, 11 de agosto de 2011

Ese alguien.

Estoy completamente segura de que todos necesitamos ese alguien que te aporte cierto punto de locura. Una persona especial. Que te cambie los planes en cinco minutos, que te espabile en tus días malos y que te lleve de fiesta en cualquier momento. Que te de eses momentos que nunca olvidas, si de esos que te marcan, que te quedan grabados para siempre. Que te alegre el día simplemente con una sonrisa, cantando o bailando en cualquier sitio. Y sobre todo que te apoye cuando mas lo necesites y te saque siempre esa sonrisa.

Sublime.

No saber en que día vives porque no te hace ni falta. Salir un sábado y estar echa polvo toda la semana sin importarte lo más mínimo, sin horarios. Que tu mayor preocupación sea la ropa, el tiempo o la hora de regresar a casa. Acostarte a las tres de la madrugada y levantarte a las dos de la tarde, que en tu vida no existan las mañanas. Playa si sale el sol y pelis si llueve. Helados sin control. Salir todos los sábados e ir a todas las fiestas posibles. Bailar con tacones o sin ellos. De vestido, falda o pantalón. Dónde el aburrimiento ya ni aparece en el mapa. Verano, sublime.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Gossip girl.

Tarde gris y oscura. Un sofá y una manta. Café, chocolate y capítulos de esa serie en abundancia.

lunes, 8 de agosto de 2011

P.

Ella, la amante del zumo tropical y del nestea. La que prueba todas las golosinas nuevas. la chica con la que pasar tardes inolvidables y noches de fiesta increibles. Con la que bailar hasta las tantas. A la que le pierden los anillos y los tacones altos. La que no juega al Singstar y luego canta en cualquier parte. La que está siempre ahí, aun que solo sea para darte la tabarra. Ella una entre tantas. Una chica un tanto singular. Especial. Ya sabes, de estas que se hacen querer.

Tristeza.

Una ciudad. Una calle y demasiada gente. Gente con prisa que va a algún lugar, alguien los espera o por lo menos eso es lo que aparenta. Y entre todos ellos estás tú. Perdida, desorientada y sobre todo confundida. Sin ganas de regresar a ningún sitio en el que conozcas a alguien por miedo de enfrentarte a la realidad en la que vives. Un billete de veinte euros en el bolsillo y una mochila con un par de mudas, lo único que te ha dado tiempo a coger. En ese momento solo necesitabas huír. Olvidarte de todo lo que ha ocurrido en las últimas horas, una noticia que te ha dejado demasiado jodida. Digamos que a nadie le sienta bien una pérdida como esa, lo que pensabas que era todo ha desaparecido de tu vida y lo peor es que ahora ya no hay manera posible de arreglarlo. Coges el primer bus y buscas ese lugar. Te sientas en el banco de aquel parque en el que os soliais sentar cada tarde antes de que todo esto pasara y sin poder remediarlo lloras sin control.

domingo, 7 de agosto de 2011

Entre beso y beso.

Y entonces, en ese preciso instante entre abrazos y algún que otro beso decidimos dar paso a la imaginación.
 

martes, 2 de agosto de 2011

Perderse.

Un respiro. Una bocanada de aire fresco. Mandar todo a la mierda y olvidarse. De las dudas, de los engaños y de las mentiras.  Desahogarse, soltarlo todo con la lista de reproducción adecuada y perderse.

lunes, 1 de agosto de 2011

Puede ser.

 Que te quiera cuándo tu ya has dejado de hacerlo y que me guste la playa en invierno. Puede ser que me guste escucharte por teléfono, en silencio. Que tenga ganas de estar contigo cuándo ya no estás y me gusten los abrazos no correspondidos. Las conversaciones sin sentido y los mensajes que solo entendemos tú y yo. Todo aquello que odio solo de vez en cuando y que me encanta por momentos. Cosas insignificantes, inexplicables. Puede ser que me encante tu olor de madrugada y no me guste nada por la mañana.  Tal vez me gustes más un sábado que un lunes. Pero no lo dudes, me ecanta perderme. Contigo.