lunes, 31 de octubre de 2011

Orgullo y rencores.

Aquel día y aquella estación. Yo, una estúpida ilusa. Yo, sentada en el banco de aquella estación de tren esperándote. Habíamos hablado un par de días antes y me habías dicho que volvías a la ciudad y que querías quedar. Querías volver a verme después de todo este tiempo. Hasta me insinuaste que te fuera a recoger a la estación, que llegarías sobre las cinco. Pero mi orgullo no me permitió decirte un simple si. Tan solo te dije que estaba muy ocupada y que cuándo tuviera un hueco te llamaría. Te quedaste en blanco y te despediste brevemente. Pero esa llamada me hizo pensar demasiado, mucho más de lo que me habría gustado. Y dejando a un lado los rencores y las putadas que me hiciste unos años atrás, esos días mi memoria solo recordaba los buenos momentos contigo. Y es que quitando esos últimos malos meses juntos, contigo los buenos abundaban. Se me pasaron tantas cosas por la cabeza en esos dos días que media hora antes me arreglé un poco, me puse esa camiseta que tanto te gustaba y me fui. Dispuesta a ir a buscarte, desapareciendo mi orgullo repentinamente y sin saber muy bien lo que iba a decirte. Y alli me planté en aquel banco, a esparte. Pero las horas pasaban y tú no aparecías. Te llamé varias veces sin respuesta. Y es que se me había olvidado que yo no era la única que tenía orgullo y que tú, tenías demasiado. Entre el orgullo y los rencores. Tú y yo. Como siempre.

domingo, 30 de octubre de 2011

Ellos.

Ya sabes como soy, odio lo lógico y las reglas. Odio el orden y que alguien me tenga que decir lo que esta bien y lo que no. Algo complicada . No soporto a la gente falsa. Puede que sea algo rencorosa y orgullosa. Reconozco que me cuesta bastante no fiarme de la primera impresión y que tengo cierta facilidad en cruzar a la gente. Puede que me cabree con facilidad. Pero tambien me puedo pasar el día riéndome y diciendo tonterías, y es que no solo soy una gruñona. Me encantan las tardes frikis y las risas por las mañanas. Paranoias que salen solas y gilipolleces a todas horas. Un abrazo deses de verdad, de los que casi te dejan sin respiración, de toda esa gente que realmente te quiere. Porque ellos son los que crean la diferencia entre todos esos días, los que de verdad hacen que tus días no sean tan grises. Los que transforman un día aburrido en increíble y los que realmente están en lo bueno y en lo malo. Aguantando tus risas y tus lloros. Siempre.

Acabouse.

Llegó el momento de soltarlo todo, de desahogarse. Te has guardado demasiadas cosas y ahora... has llegado al limite. A tu puto tope, a ese punto que ni tu conocías. En el que ya todo te da igual. Te hes indiferente lo que piense el resto, de tu vida y de tus decisiones. Si le gustan bien y si no que se jodan. Porque para equivocarte y decidir sobre tu vida te llega y te sobra contigo misma. Porque ya no aguantas más, ni a él ni a toda esa mierda que os rodea. Y entonces, en ese punto explotas, sueltas por esa boca todo lo que has intentado guardarte este tiempo. Y parece que por fin, todo ha acabado. Sin vueltas atrás ni arrepentimientos repentinos. O por lo menos, eso es lo que esperas.

Bienvenido a la realidad.

Hazme olvidar el pasado, llévame al mundo de los sueños y quiéreme como nadie lo ha hecho nunca. Hazme sonreir por las mañanas y pasa de mí tres días a la semana para darme tiempo a echarte de menos. Pasemos del resto del mundo y vayámonos tú y yo, sin importarnos nada más. Y ahora si, dejémonos de tonterías y abandonemos los cuentos de Disney, de una vez por todas. Volvamos a la jodida realidad. Realidad en la que tú ya no me quieres tanto y yo, sigo soñando con cuentos y estúpidos principes azules.

lunes, 24 de octubre de 2011

Ya ves.

Está claro que nadie se acuesta queriendote a morir y se levanta odiandote, o si. Porque todo lo que ha pasado en las últimas horas me ha hecho dudar de lo que hemos vivido estos meses, de todas esas palabras que han salido de tu boca y que, ahora ya no sirven para nada. Has derrumbado mi mundo con tres palabras y en apenas unos segundos... Quizas sea mejor no darle mas vueltas y aceptar tu decisión, dejarte en paz de una vez y asimilar que ya no me quieres o es que ya no quieres quererme. Empezar a acostumbrarme a sentir tu ausencia día tras día. Hacer de mi almohada mi mejor aliada en las noches en las que solo necesito llorar. Sentirme sola, sin ti. Seguir esperando tus mensajes y tus llamadas por las noches. Espeando a que mi movil suene, sin obtener resultado alguno. Como de costumbre.

Dejate llevar.

Dale una oportunidad al jodido destino. Y por una vez confía en las casualidades.
Parece que esta vez es de verdad. Algo no va en tu contra, sino a favor. Y eso, con la suerte que tú y yo tenemos... Se merece una celebración, ¿no crees? Ven conmigo y corramos bajo la lluvia. Vayamos a la playa a dar vueltas sobre nosotros mismos hasta caer redondos en la arena, como niños. Déjate querer de una vez por todas, deja que yo te quiera y sácate todas esas tonterías que te han metido en la cabeza. Olvídate de todo y vente conmigo. Ven y dejémonos llevar por lo prohibido, una vez más.

domingo, 23 de octubre de 2011

Sola, como cada noche.

"Es demasiado tarde". Son las palabras exactas que me dices cada noche. Noches en las que intento autoconvencerme de que esta te quedaras conmigo y que me despertaré con el sonido de tu respiración por la mañana. Pero no. Las noches que se consumen como esa vela, a un ritmo acelerado mientras estás conmigo y que se detienen en cuanto te vas, como si el fuego ya no quemara, como si esa vela ya dejara de consumirse. El tiempo que ya no pasa si tú no estás. Las palabras cada vez que me dejas así, en esa cama. Sin darme ni tiempo a decirte que te necesito ahí, necesito que no te vayas, aunque solo sea por esta vez. Mientras pienso como decírtelo, tú ya te has vestido, me has dado un beso fugaz y te has ido por esa puerta. Otra noche más. Sin apenas despedirte y dejándome sola, de nuevo. Prometiéndome a mi misma que la próxima vez te lo diré. Sin dudarlo.

jueves, 20 de octubre de 2011

Me encantas.

Nunca había pensado en todo lo que ha ocurrido en estos últimos meses. Las noches tú y yo en la playa, acurrucándome entre tus brazos, con esa chaqueta tuya que dejaba tu olor impregnado en mi durante toda la noche. El olor que no me podría sacar de la cabeza nunca, porque sigo pensando que siempre me quedará ese recuerdo. La playa y el frío que hacía, sin importarnos lo más mínimo. Tan solo sentirnos el uno a otro, acariciándonos y mordiéndonos los labios. Con el suave ruido de las olas y aquella canción que tanto me gustaba como banda sonora. Eres increíblemente genial, con todos tus defectos y gilipolleces.

Exacto.

Como todos.

Siempre será más importante para mi todo lo que no te he dicho nunca. Mucho antes que todas esas bobadas que salen habitualmente por mi boca. Todo eso que me guardo, que no me atrevo y que tengo miedo a decirte. Y es que yo también soy un poco gilipollas en la mayor parte de los casos, como todos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Segundas partes

Si segundas partes nunca fueron buenas... Ya sabes, esperemos juntos a la tercera.

Espera.

Siempre seguiré esperando a que mi ropa huela a ti. A verte en mi cama. A esperarte cada noche y a verte cruzar la esquina. Volver a ver esos ojos verdes mirándome y que tu boca me dedique una sonrisa. Espero volver a tenerte entre mis brazos y a ponerme tu chaqueta de cuero en las noches frías. Por mucho que te extrañe siempre seguiré esperando a que tu voz me despierte mañana tras mañana.

Increíble.

En una milésima de segundo se me pasan por la cabeza mil y una gilipolleces que podría hacer, para ser más exactos contigo. Porque al fin y al cabo da igual si aqui o alla si hace frío o calor... Que más dará todo eso si tengo la mejor compañía del mundo. El chico con los ojos verdes más bonitos que he visto nunca. Y ese olor tan indescriptible. Aun no soy capaz de entender el por qué te necesito tanto, porque me despido de ti y ya te hecho de menos. Da igual que pases de mi un viernes y me llames para verme un sabado. Porque contigo he pasado momentos increibles. En tu cama, con tus pies rozando los míos mientras suena esa canción. Las noches sentados en la playa o en aquel parque. Discutiendo o riendonos durante horas. Sabes que me pasaría la vida contando los lunares de tu espalda mientras duermes. Aquella noche... Tú y yo. Tu chaqueta negra de cuero y tus pantalones rotos tirados en mi alfombra. El humo que sale de tu boca, una pizza y un sofá para dos. Increible.

Ya.

Intentar decidir entre lo bueno y lo malo y volver a fallar. Volverme a meter en la misma mierda de siempre sin mirar atras. Desde luego que esa no va a ser la mejor opción... Pero quizás la que más me convenga, por lo menos para que el resto del mundo pase un poco de mi de una puta vez.

domingo, 16 de octubre de 2011

Soledad.


Esa soledad tan necesaria y a veces tan escasa. La soledad que te acompaña en las noches de sofá y los días en los que no quieres ver a nadie. Y que echas en falta en tus días malos, eses en el que el mundo va en tu contra. Esa soledad que tanto disfrutabas aquel dia y tanto odiabas aquel otro. Porque tambien hay dias en la que la soledad te parece lo peor del mundo, porque lo que más necesitas es la compañía de la persona adecuada, para no sentirse solo, para sentirse querido. La soledad, eso que a veces sobra demasiado y otras, falta tanto.

Ñé.

Y tú, siempre serás el mejor capricho del destino.

lunes, 10 de octubre de 2011

Y en esto puedo decir siempre.

Sentirme segura al borde de un precipicio a sabiendas de que tú estarás para recogerme. Porque nunca tuve esa seguridad de decir "aqui pase lo que pase". Nunca hasta que llegaste, porque ahora entiendo lo que quieren decir en realidad esas palabras. Siempre ahí, dejando a un lado los enfados y las malas palabras. Porque eres la única persona que me da su opinión de verdad, que me dice las cosas claras, cuando me sale todo a la perfección o cuando hago la mayor de las cagadas. Esa que está ahí para darme ese abrazo cuando más lo necesito o para bajarme de las nubes cuando me resisto. Porque nunca había pensado tener un alguien tan fantabuloso a mi lado. Pero parece que ahora, lo he conseguido.

Cursiladas.

Y ahora me doy cuenta de que mi vida es un pedazo de la tuya. Que mi dia a dia eres tú. Que el mayor de los problemas será pasar 5 minutos sin verte o ya no digamos una noche sin tenerte entre mis sabanas, porque no es posible conciliar el sueño sin escuchar tu respiración. Porque contigo soy la mujer más cursi del mundo y me siento orgullosa de ello. Porque si hiceran un ranking de las chicas mas felices del mundo yo estaria ahí, de primera. Porque llegas con esa sonrisa y revolucionas mi mundo y mis paranoias, una caricia tuya es capaz de paralizar por completo la mayor de las tormentas. Tienes ese punto de locura que me encanta y que me saca una sonrisa, porque esta se ha instalado en mi cara y por lo que parece le va a costar irse mientras tu estes aqui. El mejor compañero de fiestas, de charlas y como no la mejor compañía y el mejor ocupante de mi cama. Porque no se como haces para tenerme tan enganchada a ti, como consigues que te necesite a cada minuto, hagas lo que hagas. Ya no se si esto tendrá remedio y como de grande será la hostia cuando todo esto se derrumbe, pero por el momento toca disfrutar de ti y de tus besos.

martes, 4 de octubre de 2011

Perfecto se te queda corto.

Sentir tu aliento en mi nuca cuando te me acercas por detras y me agarras de esa forma tan especial, tan de verdad. O el roce de nuestros pies bajo las sabanas. Mientras me coges por la cintura y me dices la mejor tontería que podría haber salido por esa boca,me estremezco y vuelvo a sentir tu aliento. El aliento que me hace ser feliz, mucho mejor que todo a lo que habia aspirado nunca.

Vacío

Vacío como tu botella de ginebra un sábado a las cuatro de la mañana, como tu cama sin él. Vacío como la playa en invierno o esa calle cuando llueve. Vacío como un colegio un domingo o tu estómago después de dos días sin comer. Vacío, el vacío que ultimamente te encuentras allí por donde vas, aun que huyas o intentes no sentirlo. Y es que ultimamente parece que el vacío es tu mejor compañero, pase lo que pase.