jueves, 29 de diciembre de 2011

Como siempre.

Sigo siendo tan torpe o más que cuando nos conocimos. Igual de caprichosa y tozuda. Sigo odiando que los domingos por la mañana me despierte alguien que no seas tu, tambien odiaba y odio pasar frio. Sigo pudiendo pasarme horas y horas escuchando música, en mi mundo . Me siguen encantando los alfajores. Marea y El Canto Del Loco. Dani Martin, Cristiano Ronaldo y Chuck Bass. La pepsi con limón por las noches y el te de vainilla. La tortilla de mi madre y la pasta. Los abrazos no correspondidos y los mordiscos en la oreja. Sigo queriendo fiesta a todas horas con mi botella de beefeater y los chupitos de tequila con sal y limón cada sabado. Siempre con ellas. Me siguen encantando los anillos y los pendientes. Los tacones altos. Te sigo echando de menos por las noches. Y como cuando nos conocimos me sigo muriendo por una de esas miradas y una noche contigo.

Así es ella.

La única que ha huido cuando el le ha dedicado un "te quiero", la que no soporta el compromiso ni una noche entera junto a él. La que se niega a enfrentarse a la realidad si eso conlleva ver que realmente le importa a alguien. Esa a la que le da miedo dejarse querer. 

No lo cambio.

Y ahora puedo decir que contigo los lunes ya no son tan aburridos, que me he vuelto a ilusionar como una niña con cada uno de tus mensajes de madrugada, con cada uno de tus besos como una cría. Y no, no me arrepiento de nada. No me arrepiento de las noches contigo, de habértelo dado todo y de volverme la persona más cursi del mundo mundial. Porque todo es diferente, las noches y las mañanas son distintas contigo. Haces que la distancia y los dias sin ti no sean un impedimento. Haces que sea especial y eso, no lo cambio.

martes, 20 de diciembre de 2011

Entre vacíos y soledades

Y de repente te sientes vacío, sin nada a lo que aferrarte ni ningún lugar en el que buscar cobijo. Sin nadie que muestre la mínima preocupación por ti o por tus intereses. Sin nada que te encante, o mejor dicho, sin nada que te guste. Absolutamente nada. A tú alrededor todo es extraño e incomprendible. Hay demasiada gente y el espacio es demasiado reducido, por lo que tu agobio se incrementa a un ritmo demasiado acelerado. Sientes que has ido al lugar equivocado. Y entonces, a pesar de estar rodeador de toda esa gente te das cuenta de que te encuentras completamente solo.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Por una noche.

Todos esos días, semanas e incluso meses pensando en como sería poder volver a verse, a miles de kilometros de distancia y con un puto océano de por medio. Ella recordando momentos inolvidables y el deseando con más ganas que nunca que se repitieran. Días de espera y un sinfin de ilusiones. Esa ilusión que se transformó en desengaño, en decepción y luego en miedo. Miedo a que todo aquello se hubiera acabado. En cuanto se vieron los dos supieron que ya no eran los mismos. Ella ya no era la chica que el conocía, que había dejado alli años atrás, la risueña, la de las mil y una manías, la que lo dejaría todo. Y él ya no era ese que ella había dejado marchar aquella tarde, ese con el que su mundo desaparecía con solo un beso, ese con el que perderse despierta en sueños imposibles, el de las tardes de verano. Todo había cambiado, pero aquella noche tenía que ser especial y lo era. Por lo que sin decir palabra decidieron no perder el tiempo hablando de estupideces. Se arriesgaron fiándose de las ganas y de sus miradas, ignorando todo aquello que no les gustaba ni querían aceptar, dejándose llevar por los recuerdos y por ese algo que quedaba entre ellos dos. Volviendo al pasado, por una noche. 

viernes, 2 de diciembre de 2011

El puzzle.

Soy una pieza perdida de ese puzzle sin acabar. Ese típico gran puzzle al que le falta la ultima pieza. Esa pieza extraviada, la que no encuentra su lugar ni su lugar la encuentra a ella. Esa puta pieza sin rumbo soy yo. Sin encontrar el sitio en el que encajar, por muchas vueltas que le des y por mucho que lo intentes. Sin ser capaz de ocupar mi hueco correspondiente para que todo siguiera su curso. Pero es que si lo pienso un poco no me apetece para nada encajar, convertirme en una pieza más entre millones. No me apetece ser igual que el resto, no quiero ser participe de acabar el jodido puzzle  ni de encontrar mi sitio. Asi que por ahora seguiré perdida sin destino ni propósito de encontrarlo. Evitando al destino e intentando que no todo siga su curso, o por lo menos retrasándolo lo máximo posible. Porque en el único sitio en el que me gustaría encajar es a tu lado, pero esa ya es otra historia.