Tiene un don, o quizás varios, no estoy segura. Pero en cualquier caso es el mejor de todos. Solo puedo decirte que es especial. La única persona que contagia su felicidad por donde pasa. La que ve todo con una sonrisa. Pase lo que pase. Él es de esas personas con las que uno de sus abrazos pueden parar al mundo y tenerlo cerca te da esa calma imprescindible que todos necesitamos de vez en cuando. El que te tranquiliza con un achuchón y te enamora con un beso, dulce y fugaz. Esa mirada y esos ojos verdes. Esas noches entre las sabanas, entre caricias y suaves mordiscos. Bocas que se encuentran y sueños con sabor a felicidad.
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