domingo, 29 de mayo de 2011

Estupideces.

Llamadas a las tantas de la madrugada, un té de vainilla, unos tacones altos y un libro sin acabar mal puesto en una estantería. Una noche de tormenta, besos a deshora y una canción que se repite sin pausa. Un sin fin de estupideces sin sentido que te encantan.

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