Te quiero, pero
comer. Sin rodeos. Comerte a besos, entre risas y suspiros. Quedarnos
sin aliento. Dejándonos llevar, por lo prohibido. Entre las ganas de
perdernos el uno en el otro, entre tus sábanas.
Volar, a tu lado. Sin
chorradas. Ganas, ganas irrefrenables. Ganas y espera. Espera para
llegar hasta aquí, para ver tus ojos verdes mirándome de esa manera tan
tuya que me hace perder los papeles, esos pocos que a estas alturas me
pueden quedar. Dejándome sin palabras y sin necesitarlas. Diciéndomelo
todo con una de esas miradas. Hasta hacerme tuya por esta noche. Fumarme tu sonrisa y beberme a morro tu mirada. Porque
volar solo es el principio.
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