De las cosas más absurdas, de las tonterías y de la gente. Ríete de los problemas, de los suspensos y de las mates. Ríete de la vida y de tus paranoias, en clase, en casa o por la calle. Da igual si hace frío o calor, si llueve o si hace sol, da igual que sea verano o invierno, que las cosas te vayan mal o bien. Da igual si la gente te mira mal, es su problema no el tuyo. Ríete de la gente que se preocupa más de tu vida que de la suya y de la que te sonríe y luego te pone a parir por detrás. Ríete de los que te miran con aire de superioridad y con cara de amargados. Cuándo te salgan las cosas mal o te salgan perfectamente bien, ríete cuándo te apetezca. Ríete de todo lo que puedas y si es posible hasta que te duela la barriga.
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